domingo, 6 de septiembre de 2015

Cinescape Godín: EDEN


 EDEN


Un viaje al fascinante mundo de la música electrónica.


¿Quién no tiene un amigo o conocido cuyo sueño en la vida es ser un DJ reconocido y exitoso? Seguramente algunos o varios de nosotros y en lo que a mis conocidos respecta son personas muy dedicadas y creativas, que pasan días y noches enteras trabajando para alcanzar su sueño y para quienes podría resultar interesante este largometraje.

Eden, retrata la vida de Paul (Félix de Grivy) un joven que abandona sus estudios y se adentra al mundo de la música electrónica como DJ. Clubes nocturnos, drogas y sexo son  parte del ambiente en el que se desenvuelve el protagonista, quien al no saber manejar estas cuestiones y no evolucionar a la par que las generaciones, derrumba el éxito obtenido, quedando en la quiebra y fuera de la mira de los productores.

Son varias las lecciones de vida que nos deja el filme, una de ellas es mostrarnos lo difícil que puede ser el camino para llegar a cumplir nuestros sueños y ya estando ahí, lo difícil que es mantener el éxito al mismo tiempo que la vida avanza…

Life can pass you by when you aren't looking”

... lo que nos lleva a la segunda reflexión de que desafortunadamente no somos jóvenes perpetuos y llegará el momento en que la madurez y sobriedad sean parte de nuestras vidas, lo cual Paul no tuvo muy en cuenta, permaneciendo sin mayores transformaciones físicas ni emocionales con el paso del tiempo.

Dirigida por Mia-Hans Løve y DJ Sven (su hermano), está basada en la vida de este último, mostrándonos una analogía de cómo fue su incursión y desenvolvimiento en la escena musical de la electrónica comparada con la del famoso dueto Daft Punk, con quienes entabló una amistad y de quienes podemos escuchar varios de sus éxitos como parte del soundtrack haciendo inevitable que movamos los piesitos estando en la butaca.

Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter (Los Daft Punk) aparecen en el filme desde sus comienzos en toquines caseros hasta cuando ya son populares pero no reconocidos por sus nombres reales, de hecho una de las anécdotas mostradas en el filme, es cuando un cadenero les niega el acceso a un bar.

Dentro de lo recomendable de la película está el soundtrack, que si bien esta formado gran parte por rolas del famoso dúo francés, también está conformado por otras muy buenas propuestas musicales, que seguramente los conocedores del género identificarán.

En cuanto a las deficiencias de la película, están la monotonía y falta de acción para mantener la vitalidad del relato, lo que hace que las poco más de dos horas de duración de la película se tornen cansadas.

La elección del actor que interpretó a Paul, fue para mi gusto errada por la insuficiente conexión emocional. Para nada tenía pinta de DJ, lo anterior lo constata su manera de bailar, carente de ritmo y emoción.

Actualmente, la película se exhibe en la Cineteca Nacional, los días y horarios varían por lo que si les llamó la atención como a mí por el simple hecho de ver en el flyer “con música de Daft Punk”, dense una vueltita por allá.






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